jueves, 24 de febrero de 2011

LUCIÉRNAGA

Esta noche mi imaginación se está disecando. Ya sabía que ocurriría en breve, pero no tan pronto, tan de repente. La luciérnaga que hay en mí se está alejando, su luz se torna tenue, imprecisa y difuminada en la distancia. Sin la luz de mi luciérnaga yo también me apago. Me tumbo en el colchón blanco y miro el techo blanco que refleja la luz intensa de la bombilla solitaria y un halo de su luz se me queda pegado en el ojo. Me miro al espejo y se confirma todo. No hay una luciérnaga en mí. Soy una luciérnaga inevitablemente, no digo que no quiera serlo, digo que es inevitable.

Las luciérnagas no dicen basta, pocas veces dicen adiós y generalmente solo desaparecen.

Visto lo visto me pego a la ventana, sin césped en mis pies que hable para mí cuando lo piso. Solo piso cerámica porcelánica, sólo me rodea el polvo blanco de la perlita que desprenden las paredes aún sin pintar, que no habla, sólo vuela dispersándose en el aire afectando a mi respiración. Tras la ventana aún no ha amanecido. En la noche, hace un momento, volaba sobre los charcos y veía como mi reflejo se expandía en ondas. Ahora se está acabando el oxígeno aquí dentro. Voy a esperar ver los colores del amanecer…

Ya llega el violeta, viene el Sol. El naranja, ahí está el Sol. El amarillo, sube el Sol.

Cuando llegan los finales intento recordar todo de nuevo pero, esta noche no he podido. Mi cerebro es pequeño y su imaginación se está disecando. Se me hace difícil recordar. Se siente igual que cuando intentas memorizar un número mientras alguien grita números al azar. Supongo que por eso siempre recuerdo diferente…

Se acabó el oxígeno aquí dentro. Es hora de volar. Recogeré mis aperos de escalar y partiré en busca de nuevos recuerdos para guardar, aunque siempre los recuerde diferentes. ¿Vienes conmigo o voy contigo? Vale, es lo mismo en realidad. Espero empapar de nuevo mi imaginación y ponerle pilas a esta luciérnaga para poder brillar otra noche más.

Destino: la roca arenisca, el mar y ese Sol implacable.

Las lesiones: muchas, pero no importa, no hay dolor….Lo que si hay es que apretar. Por eso vamos a ello campeona!!

Espero poder volver aquí, inflada de oxígeno, sin ese sabor de boca de que no fue suficiente. Hoy me abstendré de manipular las cosas a mi gusto. Hoy será lo que sea que quiera ser.